lunes, 29 de abril de 2013

ALGUNAS REFLEXIONES POR EL 1 DE MAYO

DESDE HUACHO-PERÚ

ALGUNAS REFLEXIONES  POR EL 1 DE MAYO

Desde 1850, la Revolución Industrial comienza hacer sus estragos. Y sus consecuencias se dejarían notar con las protestas por las injusticias que se cometían con los trabajadores de las fábricas así como la de los terratenientes en el campo. Justamente una de sus protestas y reclamos  a nivel mundial marca un hito en la consecución de  las ocho  horas de trabajo y es  por eso que los  1 de mayo se  conmemora la acción de la organización laboral de los “Los Caballeros del Trabajo de Chicago” que realiza tareas en demanda de reducir las hasta muchas veces 16 horas de jornada laboral que se practicaban en las fábricas los Estados Unidos de Norteamérica y otros países de Europa. El  lema de combate fue “Ocho horas de trabajo, ocho horas para el sueño, y ocho horas para la casa” que finalmente tras diversas huelgas y marchas se  resolvió que el 1 de mayo de 1886 sea el día inicial para esas horas de jornada laboral. De aquella época es famosa la “Revuelta de Haymarke” donde la policía se enfrentó a los trabajadores dejando como resultado dos muertos y varios heridos.
            Para el Perú, en especial para los huachanos,  el 1 de mayo tiene una significación  muy especial, no porque  acciones similares se realizaran en  esa fecha, el mismo día,  sino por la trascendencia de dos hechos de lucha que años y meses después que en EE UU en fechas diferentes se  llevaran a cabo en nuestra patria y en nuestro Huacho. La primera jornada se realizó un 28 de agosto de 1916 y se inició en la Hacienda Chacaca donde unos 3 mil jornaleros realizaron duras acciones   y en la que ofrendaron sus vidas Ernesto Maturrano de Luriama y Cayetano Romero de Hualmay y  tiene mucho más valor para nosotros, los huachanos,  porque era la   primera vez que en  el Perú el sector campesino logra la conquista de las ocho horas. La segunda jornada data del  5 de junio de 1917 cuando se inició una Huelga General propiciada por la Unión de Jornaleros de Huacho y también por mejores condiciones de trabajo y que dejó como saldo trágico la muerte de Irene Salvador Grados de Lino de Tomaycalla y Manuela Díaz Chaflojo del Barrio del Molino.
            Estas jornadas de lucha  tanto en EE UU de Norteamérica como en el Perú y otras partes del mundo significaron logros importantes en los derechos de los trabajadores   pero que sin embargo no colmaron las  expectativas  de las grandes mayorías porque siguieron  los bajos salarios y las condiciones muchas veces inhumanas en que realizaban su trabajo. Y esta falta de reconocimiento  de sus derechos se ve  acrecentado con la caída  del bloque socialista y la  predominancia del sistema capitalista rompiendo el equilibrio político a nivel mundial. Con la predominancia del sistema capitalista hoy vemos la crisis en que se encuentra sumida el mundo donde justamente los  perjudicados son  los trabajadores y las amplias mayorías de las naciones del mundo.  Hay países como Estados Unidos de Norteamérica o los europeos cuyas economías están sumidas en la bancarrota  y sus trabajadores  muchas veces han vistos esfumarse sus salarios, puestos de trabajo y los ahorros de toda su vida que son usados sin el menor reparo para refinanciar  las quiebras de las empresas del sector privado sin contemplaciones  de ninguna índole. Ahí tenemos a España, Italia y Grecia.   Y, esto, tiene que ver con el Perú. El problema es que somos dependientes de las economías más grandes  y esa ola de la crisis del sistema en cualquier  momento puede llegar a nuestra patria con  las consecuencias que traería, sobre todo, para los trabajadores. ¿Qué nos queda?