jueves, 22 de octubre de 2009

INJUSTICIA SOCIAL: 10.534 MILLONES DE POBRES


DESDE HUACHO-PERÚ

Hay algunas noticias que suenan desalentadoras cuando con cifras comprobamos lo que la realidad nos demuestra. Pero vivir en la miseria se ha hecho tan cotidiano en Huacho, el Perú y muchas partes del mundo que convivir con ella nos ha vuelto ‘insensibles’ a esa realidad. Ya no nos agrede la pobreza, se nos ha hecho creer que es parte de lo cotidiano y cuando mejoramos en algo en los índices del hambre nos suena a “música celestial” como la que hoy nos comenta el Presidente de la República y sus periódicos palaciegos.
Con motivo , aunque suene irónico, del “Día Mundial de la Alimentación”, proclamado en 1979 por la FAO, se ha presentado en Roma un estudio “El estado de la seguridad alimentaria, 2009” donde se dice que para fines de este año el número de las personas que pasan hambre se incrementará en un 9 % llegando a la cifra de 1,020 millones de personas que la padecen(‘viven’ con menos de un dólar al día) y que en su mayoría se ubican en los países mal llamados en “vías de desarrollo”. En la región Asia Pacífico padecen hambre y desnutrición 642 millones de personas y propiamente en América Latina se ha incrementado en 53 millones, de ellos 15 millones son menores de 5 años con desnutrición crónica repartidos en los países de Guatemala, Bolivia, Honduras, Perú y Ecuador. Sin embargo dice ese mismo informe que cada año en EE.UU. se votan 45 millones de toneladas de alimentos.
En el Perú el Presidente ha recibido con gran regocijo de parte de Jorge Chediek coordinador residente de las Naciones Unidas y representante del PNUD en el país, un informe sobre el avance de los “Objetivos de Desarrollo del Milenio” donde se especifica que la extrema pobreza se redujo de 23.9% (6.954 millones de peruanos) al 12.6% (3.666 millones) desde los años 1991 al 2008 y la pobreza total se redujo de 54.4% (15.830 millones de peruanos) a 36.2% (10.534 millones)en los mismos años.
Pero si contrastamos las cifras con el desarrollo económico que se dice hemos alcanzado los peruanos en estos últimos años, estas no son nada simétricas, porque éstas pudieron ser mucho mejores y no lo son por las desigualdades en la repartición de la riqueza de nuestra patria. Por ejemplo, si en 1970 las utilidades de las empresas representaba el 25% de todos los ingresos, en 1993 constituía el 43%; de igual manera en los años recientes las ganancias recibidas por las empresas se han incrementado de manera extraordinaria debido a las mejoras de los precios internacionales y a la reactivación interna de la economía. En el caso de las empresas extranjeras, en el periodo 2002-2004, las ganancias se incrementaron en 400% y en el caso específico de las mineras en un 700% sin embargo las remuneraciones en el país permanecieron, en promedio prácticamente estancadas. De otro lado las distancias del nivel de las remuneraciones de la elite poblacional de altos salarios y el de la inmensa mayoría de los trabajadores se ha ampliado, además, los ingresos, por hora trabajada, han subido para el 20% de los trabajadores que laboran en empresas de mayor tamaño, y ha bajado para el 80% restante, que se emplea en empresas de menor tamaño, que son la gran mayoría.
El último número de la edición peruana de “Le Monde Diplomatique” trae interesantes artículos sobre las desigualdades en el Perú, en las que una de ellas indica que, el año 2000, el 10% de personas más ricas se lleva hasta el 47% de la renta, mientras que el 20% más pobre se reparte el 3% del PBI nacional.
O no es así, la desigualdad, o si no que los digan los pobladores de Manzanares, Atalaya, Medio Mundo, Huaura, Carquín, los pueblos alto andino, etc. que son los que mayormente sienten la pobreza en toda la inmensidad del alma.