domingo, 9 de noviembre de 2008

HUACHO,… 134º ANIVERSARIO: RECUERDOS DE ´CHURRE´

HUACHO,… 134º ANIVERSARIO: RECUERDOS DE ´CHURRE´
Los primeros recuerdos que tengo de Huacho son de velas y lamparines, noches de rumores y misterio, de chacras, calles polvorientas y agua de pozos artesianos. Hualmay fue el primer distrito en el cuál viví y ´siento´ todavía el rumor del agua de acequia, el olor a guayaba, nísperos y ciruelas, y el ir y venir de sus pobladores, muchos de ellos sin zapatos y lampa al hombro.
De Hualmay llegué a Huacho con un carrito de madera en la mano que en la baranda decía “San Isidro”, y fueron años después, que entendí de quién se trataba –el Patrón de Hualmay-, pero, fue mi entretenimiento por muchos años y aún sin llantas y sin carrocerías cumplió su misión de entretener los sueños de mi infancia. Lo fui olvidando cuando aparecieron las ´pistolas de fulminante´ de cow boys y los ´soldaditos de plomo´.
Ya en Huacho, con el tendido de cables ya se había hecho la luz eléctrica, para algunos, pero no para todos y en esos nos encontrábamos la gran mayoría, pero para los menores no era problema, porque las noches en las calles empedradas y las chacras las convertíamos en juegos de escondites, ´chancalalata´, la pega y otros, y habían noches oscuras especiales, donde se contaban anécdotas de ánimas, de brujos, de duendes, del diablo, de gente que se convertía en chancho, perro, etc.
Después, el recuerdo del bullicio de las playas, las piscinas, sobre todo la de “San Pedrito”, en la cual nos iniciábamos como ´nadadores´ para después pasar a la del “Inca” y terminar en la del “Malecón” (con trampolín) y rematábamos envueltos con las olas, arena y las espumas del mar y la mirada de los embarcaciones mayores (antes llegaban) y bolicheras, qué los ´más grandes´ se atrevían a desafiar hasta llegar a ellas después de nadar un largo trecho.
Cuando llegábamos a nadar a la piscina del “Malecón”, los domingos, observábamos en la pista de baile las siluetas de parejas contornearse al son de Pérez Prado, los boleros de “Los Panchos” y la “Sonora Matancera”.
Otra cosa eran los carnavales, de tres días y después las Fiestas del Árbol: agua, polvo, betún, colorete, globos y las fiestas con las orquestas de moda, “La Copacabana”, la “Swing Boys”, los “Pichilingues”, y cuando aparecieron, los pick up y sus agujas descartables, las reuniones eran en los barrios y casas.
Después venía el colegio, recorrer la campiña (´tirarse la pera´), ´arrancar´ frutas, el aniversario, las marchas por Fiestas Patrias y las vueltas por la Av. 28 de Julio y la Plaza de Armas para ver a la ´germitas´; y en las noches furtivas, y con el despertar de la juventud, cuando se podía, primero por curiosidad al “Pacay”, el “Manzano” y el “Ciruelo” y si se tenía suerte terminar sin ´ladillas´ o alguna enfermedad venérea, sino, ´suave nomás´, ´millonario´ con las inyecciones de penicilina.
Después la Universidad y la lucha entre la gente de ´Ricci´ y los apristas y logrado el reconocimiento de la “U”, la ´lucha ideológica´ entre ´moscos´ y ´chinos´, y los belaundistas, y los apristas que se fueron fortaleciendo con el ingreso de nuevos alumnos a las diferentes facultades.
A estas alturas ya Huacho, había crecido comercialmente, estaban “Lever Pacocha” (CIL), la Empresa Eléctrica de los Pitaluga, la “Inca Kola” (Chavín Kola), el Banco de la Nación (Estanco del Tabaco y otros), ENTEL PERU (Compañía de Teléfonos), los ómnibus a Huaura, a Santa María, ETURSA, los colectivos a Lima, EMSAL (Empresa en las Salinas de Huacho), los Bancos Comerciales, Alegre Cuéllar, los Grifos Meza, las tiendas de vestir, los mercados de abastos, hotel el “Pacífico” y las tiendas de chinos y las granjas de japoneses. Y muy a escondidas, ya aparecía el “Negro Negro”, para los encuentros furtivos de parejas con ganas de ´divertirse´.
Ah, nuestro Huacho, el del Teatro “Colón”, del Mercado Modelo, del “Casino Huacho”, de la Playa Chorrilos, de la Iglesia “San Bartolomé”, de la Estación del Tren, de las calles empedradas, de anchoveta seca, de bonito frito o en ceviche, de salchicha, de los pregones de las lecheras, tamaleras, de la sopa huachana, de Flor de María Drago, de Isaías Nicho, de Yancunta, de Irene Salvador, de los Ausejos, de los Bissos, de los Mezas, de los Boniccelis y de tantos pioneros que han hecho de nuestra ciudad, lo que es hoy (con sus adelantos y atrasos).
Y ahora, el Huacho del siglo XXI, más ´grande´, más iluminado, más pistas y nuevos comercios, con ´nuevos huachanos´ de la parte alto andina o de otros lugares, que la han enriquecido con sus danzas, festividades y comidas típicas de su lugar de origen, y qué ratifican a Huacho cómo la ciudad “CAPITAL DE LA HOSPITALIDAD”.

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