miércoles, 6 de agosto de 2008

UN ‘JOVEN’ LOBO DE MAR

UN ‘JOVEN’ LOBO DE MAR

No estamos de acuerdo con los bajos sueldos que ganan la mayoría de los trabajadores y la falta de trabajo que existe en la actualidad. Menos, la falta de apoyo a la pesca artesanal y otros. Estamos por todo tipo de reclamos y protestas que sean en beneficio de los trabajadores y sobre todo, los más pobres del Perú, dentro del respeto a las normas y leyes que rigen la vida en democracia. Pero en aras de la lucha por la supervivencia del ser humano y sobre todo de los más pobres, no estamos de acuerdo con la crueldad con que se trata o sacrifica a los animales como medio de sustento o con finalidades de lucro, como es el caso de aquellos animalitos que por el uso de su piel son desollados vivos sin importarles a los que lo hacen, el sufrimiento que les producen, sólo para satisfacer vanidades pueriles y los bolsillos de gente sin escrúpulos. O los otros (animalitos), que por diversión reciben una muerte con una larga agonía como es el caso de las corridas de toros en la ‘Plaza de Acho de Lima’.

He recibido varios emails con imágenes espeluznantes sobre la forma como se trata a muchos animales y se les sacrifica en forma horrible. Me entró mucho estremecimiento y pudores ajenos. Esto actos se realizaban en países lejanos al nuestro, y quizás era un consuelo (que no debería serlo), pero al ver en Huacho, en unas imágenes de la televisión local, el día miércoles 30 de julio, como había sido masacrado un lobo marino, encontrado en la playa, malherido, sangrando por la nariz y con los ojos inflamados, supuestamente porque se enredó en las redes de unos pescadores artesanales –pudieron ser otras personas, pero no obvia de lo infame de este proceder-, es algo que no lo podía creer. Ver en plena agonía y como se le va la vida a un inofensivo lobito marino es algo aterrador. No es excusa decir que no es la primera vez que lo hacen (los pescadores). Nos hace recordar como la lucha por la supervivencia producto de los sistemas económicos aberrantes que producen grandes desigualdades nos hace perder los sentimientos. Por la forma en que fue presentado en las orillas de las playas de Huacho este animalito, hace suponer que se había perdido o alejado del grupo de lobos marinos y es en la búsqueda de sus alimentos que se introdujo y enredó en las redes de algún pescador (muchas veces ocurre), lo que al final le costó la vida al ser golpeado brutalmente con los remos de la embarcación –los pescadores lo hacen con la finalidad de preservar lo pescado-. Dicen que había otro más qué no se le ha podido ubicar.

Los lobos marinos (también llamados ‘leones marinos’) son los animales más grandes del grupo de los otáridos, palabra que viene del vocablo griego que significa oreja pequeña que alude al pequeño pabellón auditivo que caracteriza a esta familia. Les gusta vivir en grupo y son muy amigables. Se les encuentra en mayores cantidades en las islas Palomino (Callao) o en las islas Ballestas en la Reserva Nacional de Paracas (Ica), y son parte del encanto de esas playas, que a su vez ayudan al incremento del turismo por la forma como nadan y las piruetas que hacen. Son un espectáculo natural que junto a la variedad de aves del frío mar peruano deleitan a niños y adultos. Son toda una belleza y tan inofensivos que no merecen una muerte tan cruel como la que recibió este pequeño lobo de mar, por más justificaciones que se le encuentren.

Qué las actuales circunstancias de diferencias entre el desarrollo económico de las grandes empresas pesqueras (que muchas veces depredan nuestras especies marinas) y el abandono en la que se encuentra el desarrollo de la pesca artesanal por las autoridades, no nos haga perder las perspectivas a los seres humanos.

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