miércoles, 23 de julio de 2008

LOS TEMPLOS: CUERPOS DE CRISTO O EDIFICIOS

LOS TEMPLOS: CUERPOS DE CRISTO O EDIFICIOS
El Templo, término procedente del latín templum, que designa un edificio sagrado. En su origen designaba la zona del cielo que el ‘augur’ utilizaba para contemplar qué aves la atravesaban y en qué sentido, estableciendo los augurios.
La comunidad cristiana (católica) usa dos significados de la palabra "templo" que se encuentran en la Biblia, considerando que el cuerpo físico es "un templo" sagrado y por eso se debe cuidar (primer uso). El otro uso de la palabra "templo" tiene que ver con un edificio especial, tal como el ‘Templo de Jerusalén’, que es "la Casa del Señor" donde sus fieles reciben normas y consejos religiosos relacionados con la espiritualidad.
En los textos cristianos, el templo (edificio) aparece como un medio de congregación, no en primera importancia dentro de los aspectos de fe; Jesús en algunos pasajes le resta importancia a la presencia del templo (edificio) cuando sus apóstoles le mostraban su ‘belleza’, en otros pasajes pelea contra mercaderes y cambistas aposentados en el atrio. En términos cristianos el cuerpo de una persona es una alegoría (hablar figuradamente) del templo, por considerarse también sagrado 1Corintios 3:16 (¿Acaso no sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios está en vosotros?).
En Huacho, hoy, tenemos varios templos (edificios), las mismas que pertenecen a las diferentes confesiones: católicas, mormones y otras iglesias que son variantes del cristianismo. También los hay budistas y de otras iglesias que funcionan en algunos hogares, seguro por falta de sus templos (edificios) -sus economías son muy precarias y sus feligreses muy pocos-. Los templos ‘más’ grandes son las cristianas católicas y las mormonas. Y la cristiana, en la provincia, la más grande es La catedral ‘San Bartolomé’.
Somos un país bastante pobre y nuestros templos (edificios) deben ser bastantes modestos y sencillos, lo contrario sería una afrenta, porque habiendo tantas necesidades de educación y salud, sobre todo, gastos onerosos no nos vienen bien. Y para los cristianos, mucho más todavía, porque la humildad y la caridad son dos de sus virtudes elementales, y en la Biblia, la palabra de Cristo y sus discípulos así lo señalan. Debemos preocuparnos por el templo (cuerpo de Cristo) o sea la gente común y corriente (“Lo que hiciereis al más pequeño de mis hermanos, me lo hacéis a mí” Mt 25.40). Cómo hacer gastos en arreglos (sobre algo construido), nuevas y costosas construcciones o compras religiosas ostentosas por muy sagradas que sean donde hay hambre de Dios y de pan. Así no sea el aporte económico de los peruanos, porque la palabra de Dios y el pueblo cristiano es una sola, y si hay una solidaridad que pudiera venir de los hermanos cristianos europeos, en buena hora, y que este sea destinado para los albergues de ancianos (Salmo 71:9 “No me deseches en el tiempo de la vejez; no me desampares cuando mi fuerza se acabe.”), niños (“dejad que los niños se acerquen a mí”), las mujeres (“Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió su corazón para que estuviese atenta a lo que Pablo hablaba. Hechos 16:14”) y personas menesterosas que tanto lo necesitan (Salmo 72:12 “Porque él librará al menesteroso que clamare. /Y al afligido que no tuviere quien le socorra.”)
Nuestra región (costa y sierra) es muy amplia y con muchas necesidades por satisfacer. Si comenzáramos por Huacho, tenemos Fujimori (hoy Los Pinos). En los distritos, Carquín. Y ni que hablar de las provincias, sobre todo las alto andinas. Si no hacemos ello, entonces de qué fraternidad estamos hablando los católicos. Ya habrá tiempo para templos esplendorosos (edificios) cuando hayamos superado la pobreza y haya justicia. Contentémonos con templos sencillos y cómodos porque Jehová no se va a molestar, se molestará con los que no siguen sus palabras y se preocupan por las cosas materiales, onerosas y mundanas olvidando las prioridades de sus hermanos y su pueblo: "Tuve hambre y me disteis de comer" (Mt 25,35).

No hay comentarios: