sábado, 19 de julio de 2008

¿LA MENDICIDAD? : PERO, SI NOS ACERCAMOS AL PRIMER MUNDO

¿LA MENDICIDAD? : PERO, SI NOS ACERCAMOS AL PRIMER MUNDO
Según los entendidos, la inflación está en el primer plano de las preocupaciones económicas del mundo y dos son los elementos que la incentivan: los alimentos y los combustibles. Se sabe que la inflación golpea más a los sectores de menores ingresos y, sobre todo, a los países pobres, y es donde nos incluimos los peruanos. De los dos elementos, el más preocupante es la escasez y aumento de los precios de los alimentos –agravada por la producción de biocombustibles (nuevamente los combustibles) en el agro en desmedro de los productos alimenticios y sus derivados para el consumo humano- ya que en los países como el nuestro la pobreza es más alta y el salario es más bajo, por lo que se destina una mayor cantidad de los ingresos en alimentos. En el Perú, entonces, la inflación de alimentos ‘se siente’ más porque hay más pobreza y se gana poco y, a que, la legislación vigente no protege al trabajador.
La situación económica del Perú: “Es el resultado de los extremos de la política actual, donde no hay una relación entre estado y mercado. Así van las cosas en este país que crece con cifras de dos dígitos, pero que no reparte sus frutos de manera justa”.
Traemos a colación esta información que proviene de un trabajo reciente presentado al Consorcio de Investigación Económica y Social, CIES, por el economista Hugo Perea, y que viene a bien para nuestro comentario sobre la pobreza en Huacho y que está trayendo cuadros deprimentes como por ejemplo, la mendicidad, y lo notamos más, cuando nos topamos a cada rato con niños desarrapados que ingresan a los restaurantes a vender caramelos, hilos, chicles y otras baratijas con la finalidad de hacerse unas monedas. Pero no sólo son ellos, también las hay madres que en sus brazos tienen a un recién nacido con uno o dos niños de 4 a 5 años de edad jalados de las manos implorando unas monedas o un plato de comida. Los hay también ancianos, desocupados, lisiados, hasta ‘fumones’, que se aprovechan de las circunstancias (así como hay, unos que otros ‘sinvergüenzas’ que se las traen). Y también los hay de los que o dicen que ‘cantan’: niños y adultos.
Es triste ver ese espectáculo que ya se va convirtiendo en algo cotidiano y que ya no nos llama la atención. Seguro que, otros indigentes, para hacerse de unas ‘monedas’, usan otras modalidades, como limpiar los parabrisas de los autos, hacer representaciones de malabarismo, etc.
Por supuesto que, tampoco, podemos hacernos de la ‘vista gorda’, en una ciudad tan conservadora como Huacho, del aumento del ejercicio de la prostitución (tan antigua como la historia) como un medio de ‘recursearse’ en las esquinas céntricas y cerca de nuestra emblemática “Plaza de Armas”, donde la ejercen tanto mujeres adultas junto a menores de edad. O, ahora, que está de moda, se la practica en algunas discotecas, como es el caso de un hecho muy publicitado en las últimas semanas.
Y es que la escasez y el aumento de los precios de los alimentos nos afecta grandemente porque nuestros sueldos son tan miserables que no nos alcanza ni para la canasta familiar, lo que conlleva a la mendicidad y a ofrecerse para actos que se realizan a un a costa de la voluntad de muchas dignidades. Y no es el caso decir que eso siempre ha ocurrido, sino, que siendo cierto, son otras las circunstancias en que nos encontramos. Si esto es así, entonces por qué la mendicidad, el desempleo, etc.
Pero en este caso estamos hablando de las zonas urbanas, pongámonos a pensar que estará pasando en las zonas alto andinas (de nuestra propia región), donde la pobreza es extrema o en regiones apartadas como Huancavelica, Ayacucho, Puno, Cerro de Pasco, Madre de Dios, etc. ¿Entonces, qué de eso que vamos dentro de poco a pasar a pertenecer al primer mundo?

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