sábado, 28 de junio de 2008

¿SILENCIO: RUIDO CERO...?

¿SILENCIO: RUIDO CERO…?
Hay un cartel de marras que ya lleva varias semanas -que al igual que muchos otros anuncios tanto verbales, escritos como televisivos-, son un “saludo a la bandera”. A nivel nacional, “Tolerancia cero” o “A la droga dile no”, son anuncios retóricos, y en las cuales el gobierno quiere hacernos creer que hay una lucha “implacable” contra la corrupción y las drogas: cuando cualquier persona común y corriente sabe que es una de las tantas mentiras en que las nos tienen acostumbrados los burócratas del gobierno. Acá en Huacho -sin ningún criterio de creatividad- ha aparecido un cartel, “Silencio: Ruido cero”. Y está en un sitio nada mal ubicado, la Plaza de Armas. Lo que más llama la atención, son las instituciones que la auspician, la Universidad JFSC y Alas Peruanas, la UGEL Nº 09, el Municipio, la Cámara de Comercio y algunas otras, todas muy serias. Y menciona la Ordenanza Municipal Nº 055-2007.
Pero qué es lo que más llama la tención. No es que, creamos (los vecinos), que los causantes de los escandalosos ruidos, lo dejen de hacer, con leer el cartel -que es muy seguro que ni siquiera se hayan percatado de el-, o si se han dado cuenta que existe: un “rábano” les interesa. Sino la ingenuidad -que raya en la insensatez-, al creer que, un anuncio, por el anuncio, ya es suficiente para decir que ya están contribuyendo con la tranquilidad del vecindario. Se habla de un programa,… ¿cuál “programa”?; no olvidemos que es una ordenanza del 2 007.
La Universidad JFSC, autoridades, profesores y estudiantes, deberían “concientizar” a los causantes de los ruidos molestos de sus alrededores -sobre todo a los de la puerta principal, de su institución-, o cuando alquilan el Complejo Deportivo para espectáculos artísticos. De paso “concientizarse”. Es muy seguro que en los currículos se contemplan temas como: el respeto, la solidaridad y la paz; sobre todo, en la Facultad de Educación. Si es así, que no sea, sólo tinta en el papel, y hacer campañas: “aunque sea”, salir con sus pancartas para motivar a la población y automovilistas, que no deben hacer ruidos que le causen malestar al prójimo. El Municipio, conoce los lugares donde más ruido se causa y las horas. Basta recordarles (no es un secreto), que en las intercepciones de las calles 28 de Julio y Bolívar los días viernes y sábado -no sólo se causa mucho ruido con las radios de los automóviles y las peleas callejeras-, sino, esas calles se han convertido en letrinas públicas y una zona insegura en las noches para cualquier peatón desprevenido. Qué de la Ordenanza Municipal –que se hace alusión-. Seguro, una batida y punto, hasta la próxima. No se hace nada, o casi nada. Y la UGEL, que de seguro envió una Directiva –si lo ha hecho-, a los colegios, y… Y la Policía Nacional, acaso no conoce los puntos neurálgicos donde se produce más “bulla”. Es muy seguro que la Policía Nacional “argumentará” que no tiene las bases legales para intervenir a los causantes de semejantes despropósitos. Y la Ordenanza Municipal. Y qué de nuestro Poder Judicial, de nuestros Fiscales, del nuevo Código Procesal. O es que nuestra ciudad se está volviendo: “tierra de nadie”.
Entonces de lo que se trata es de poner en práctica campañas permanentes y coordinadas con las mismas entidades auspiciadoras del cartel de marras y otras (como el Ministerio Público), sobre los ruidos. Mucha palabrería y poca acción. Aquí, como en otros casos, encaja muy bien ese dicho de: “hechos y no palabras”.

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