sábado, 28 de junio de 2008

¿PUESTOS DE TRABAJO?

¿PUESTOS DE TRABAJO…?

Desde hace mucho tiempo existen algunos “seres” muy poco perceptibles al resto del común. Su hábitat, los lugares donde se acumulan la basura, que en Huacho, aunque no se crea, uno de esos lugares, está a un costado de la pista de entrada de la ciudad. Por supuesto, existen también en otros lugares del Perú, y eso debe ser consuelo para algunas autoridades indolentes.
Estos lugares son montículos de desperdicios y en ellos, inclusive, estos “personajes” que ya se están haciendo parte de ese entorno, llegan a hacer sus hospedajes de trabajo y conviven con sus familias y para no sentir la soledad y las inclemencias se hacen acompañar de sus “esbeltos” perritos, tan desgarbados y de mirada furtiva, como los dueños.
Hay de los que salen a recorrer la ciudad. Ellos lo hacían hasta hace poco con recelo, en forma misteriosa, como sombras, casi imperceptibles a los ojos de muchos, y siempre con sus inseparables compañeros caninos.
Socialmente no son “bien” vistos, pero eso, a ellos, los tiene sin cuidado y siguen en esa labor, primero están los hijos, la familia y hay que sobrevivir
Con la era de la industrialización, todo se ha vuelto descartable, y para aminorar costos, por ejemplo, las bebidas se envasan en botellas de material plástico y consumidos, se botan; pero también, alguna gente, compra vestidos con frecuencia, y los usados, los regala o los bota; cambian artefactos eléctricos por otros más moderno que los arrojan como deshechos a los botes de basura; y estas “mercancías” en los botes de basura son acompañados, con otros objetos, como libros, cajas, cuadernos, periódicos, lapiceros descartables, etc. Todo ello se junta y suelen ser “recogidos”, comprados o cambiados por pollitos o vasijas de plásticos, por que dentro de lo que se arroja, se vende o se cambia, hay mucho material reciclable.
Pero no sólo son los ropavejeros, los recogedores de materiales plásticos, los tricicleros, que compran artefactos en desuso, sino que, también existen, los recolectores de “sobras” de comida, entre los que lo hacen para llevarlos a “sus” chancherías o como medio de sustento familiar. También existen en la “competencia” los “loquitos”, que también ya se han vuelto parte de nuestro paisaje y que menguan con las “sobras” su hambre.
La falta de trabajo ha hecho que muchos, que antes veían con “malos ojos” estas actividades de la recolección de vestidos, artefactos eléctricos, comida y “objetos reciclables”, que así se llama ahora, se atrevan a recorrer la ciudad en las mañanas, al mediodía o en horas de la noche. Uno los espanta, alzan vuelo, se alejan, pero vuelven por la “presa”, siempre acompañados con sus fieles mascotas.
Estos “personajes” pintorescos trabajan de manera informal y sin ninguna clase de protección, que puede ser perjudicial para su salud y sobre todo para algunas mujeres, que son más, y van acompañadas de sus hijos. Su trabajo consiste en hacerse de una bolsa grande o de un costal de yute, y rebuscar en las bolsas de basura dejadas en las puertas de los domicilios domésticos o de los negocios, antes que pasen los carros recolectores y recojan lo que ellos consideran usable, servible, comible o “reciclable”. Cuentan con competencia, porque algunos trabajadores de Baja Policía, que así se les llama, han entrado también a este “negocio”, con la ventaja, que ellos, lo hacen a las horas de su trabajo, y algunas veces, lo acumulan en el carro recolector.
Lo perjudicial es qué por lo informal de este trabajo, desperdigan mucho más la basura al igual que los perros callejeros, y la ciudad está más sucia. Por supuesto que contribuye a ello, ensuciar la ciudad, el deficiente recojo de la basura y la falta de respeto al horario, la falta de vehículos recolectores y la falta de implementos para la recolección.
No estamos contra estas “actividades” de trabajo, incluidos la de los “recicladores”; lo que lamentamos, son las condiciones en que lo hacen, sin protección de ninguna clase y los perjuicios que causan, porque no se los formaliza. Bien organizados, es una alternativa para el tratamiento que se le deben dar a los deshechos que producimos producto de la industrialización.

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