sábado, 28 de junio de 2008

EL APRA: ¿PARTIDO DEMOCRÁTICO?

EL APRA: ¿PARTIDO DEMOCRÁTICO?
Para vivir en democracia, necesitamos partidos o movimientos políticos fuertes, y para que esos partidos o movimientos, cuando reciban la confianza del voto popular en las urnas (no sólo las presidenciables), permitan “vivir” en democracia al pueblo, deben, también, practicar la democracia, como partido -o movimientos-.
Nuestra sociedad necesita de una democracia más directa que formal, no sólo representativa, como ocurre hoy. No una democracia donde cada 4 ó 5 años vayamos a las urnas, sino en la que el pueblo participe en la toma de decisiones para el logro de su propio destino. Esta democracia –participativa-debe ser practicada desde los estamentos u organismos de base en la el que el pueblo tenga injerencia en las decisiones públicas, y además, contar con mecanismos que le faciliten, a la ciudadanía, hacer uso de los plebiscitos, en temas importantes, para el desarrollo de la vida nacional.
Si eso es lo ideal para la sociedad, los partidos o movimientos políticos (democráticos), no deben escapar a esa necesidad, sean estos de derecha, centro o izquierda.
El Partido Aprista Peruano es uno de los partidos de mayor actividad política en la historia de nuestra república, y es bueno reconocerlo, así no sea del agrado de algunos. Nos gustaría que así como el APRA, –no como debería ser , pero en el Perú, la mejor organizada-, existieran otros partidos, y ojalá la izquierda pudiera recomponerse y lograra la coherencia que le hace falta, así como los otros grupos políticos: Unidad Nacional, UPP, PP, PN, etc.; porque todo gobierno, en este caso el APRA, ahora en el poder, necesita, de una oposición sólida, como mecanismo de equilibrio de poder para que los autoritarismos e intolerancia sean desterrados de nuestro quehacer político. También, los gobiernos y movimientos, tanto regionales como provinciales y distritales, no están exentos de hacer “vida” de consistencia democrática, que en la actualidad no la hay, porque sólo así podremos lograr el desarrollo de nuestra región: con oficialismo y oposición.
Por eso, por la salud de la democracia, todavía débil en nuestra patria, el partido de gobierno necesita ordenar la “casa” en la provincia. Leía con mucha preocupación, en los medios de comunicación –el día 12 de junio- las declaraciones de un regidor del APRA de la comuna de nuestra provincia, que emplazaba a su Secretario General de la Provincia –asesor rentado del Alcalde del Municipio de la provincia de Oyón- para que se digne en convocar (a la brevedad posible) a elecciones y de esta manera poder renovar la dirigencia (provincial) , porque hace más de 5 años que ostenta, según dicho regidor, el cargo, y añade, que, debe dar oportunidad “…a otro compañero… de la nueva hornada de militantes”. Pero no sólo pidió la renovación de la Junta Directiva Provincial, sino de “…muchos otros”, que se supone, hacia referencia a las dirigencias distritales y de base. Y de paso, se refirió, a los “compañeros” involucrados en actos deshonestos, por decir, lo menos.
El día 17 del mismo mes, en un diario de publicación regional, en una columna periodística, otro connotado dirigente y, por lo que parece, uno de los cuadros técnicos, también se refirió a los mismo temas, tanto al de la dirigencia y al de los cuadros, quienes -estos últimos- han encontrado en las dependencias públicas un “puesto de trabajo”, pero con el añadido que se han involucrado en algún tipo de acto doloso.

Y es cierto, 5 años en una dirigencia nos puede dar una imagen de cómo se práctica la democracia en cualquier institución y esto nos puede llevar a hacernos la siguiente pregunta, como se la hacen, seguro, muchos militantes apristas: ¿no hay dirigentes, o acaso, los cargos para los cuales fueron elegido, consideran, que es para toda la vida?
Cualquier partido político, dentro de su normatividad considera un periodo de dos años de permanencia para su dirigencia, en todo caso la reelección, máximo entonces, dos periodos, a lo sumo. Hasta 4 años, hubiera sido lo aconsejable que permanecieran –los dirigentes-, en el cargo, pero 5 años, es un periodo excesivo.
Las reelecciones y la permanencia traen sus peligros, que todo el mundo conoce: la corrupción o manipulación, sino mirémonos en el “espejo del fujimorismo”.
Sin el menor animo de interferir en la vida partidaria, pero creo que por la salud de la democracia y supervivencia de los partidos políticos, de un tiempo a esta parte, tan cuestionados, sería dable, que en la provincia, el APRA, renovara sus cuadros dirigenciales y sean más cuidadosos en los ”compañeros” que llevan a los “cargos de confianza” en las dependencias públicas (Toledo, decía, “más trabajo”… pero, para su “familia”) y no las “sabandijas” que hoy son motivos de cuestionamientos. ¿Y cuidado con los que se aprovechan de la dirigencia para ocupar cargos públicos rentados?

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