DESDE HUACHO-PERÚ
INDACOCHEA:
…NUESTRO GRANITO DE ARENA
Llegar al colegio Indacochea fue una
experiencia maravillosa. Fue la a mitades de los 80’. Fue algo muy especial por
la forma como lo hice o la forma difícil cómo me la hicieron. Más o menos en el
año 86, la Zona Educativa Nº 06 a la que pertenecía la provincia de Huaura
quedaba en la ciudad de Lima y todos los maestros que queríamos gestionar
traslados de escuelas o colegios teníamos obligatoriamente que hacer las
gestiones ante ella. Justo por estas épocas los maestros habíamos adquirido la
‘fama’ de revoltosos y uno de los centros educativos que era renuente a estos
revoltosos era el colegio “Mercedes Indacochea” y cómo yo pertenecía al SUTEP
no era bienvenido. Si bien es cierto participaba en el sindicato no era tan
revoltoso cómo algunos directivos de esa institución creían. Pero eso, ellas no
lo sabían. Y por ignorarlo, ese año no se me abrieron las puertas de ese
colegio, para trasladarme. Y eso que llegué con un memorando firmado por el
Director de la Zona para que me dieran posesión de cargo mientras se tramitaba
mi resolución. Mi ingenuidad me costó caro, un año, para intentar trasladarme a
esa institución. Pero al siguiente año
tomé las providencias del caso y por fin fui parte del personal docente de
dicha institución. Con resolución en mano.
Las cosas que me pasaron en el
colegio fueron inolvidables. Experiencias que jamás podré olvidar. Me costó un
poco adaptarme y pasar de docente de educación primaria al de secundaria y
compartir mis quehaceres de sindicalista. En estas dos funciones puse todo el
empeño posible pero mis mayores logros lo conseguí como docente que dirigente
sindical aunque tuve, en esta última, una participación activa en las grandes
luchas del magisterio que alcanzó reivindicaciones que al pasar de un año otro
quedaba ‘corto’ lo alcanzado. Como docente me fue mejor.
Primero, hice grandes amigos, amigos
que a estas alturas que escribo estas líneas con mucho pesar los voy perdiendo
poco a poco. No escribo sus nombres porque pudiera quedarme corto e incomodar
su amistad aquí y en el cielo. Y todos ellos merecen mi respeto y aprecio y el
de la Comunidad Mercedina. Segundo, como
docente, me permitió ascender en cargos aunque fueron ‘encargaturas’, lo más
lindo, me las dieron mi colegas y personal del colegio. Y no los podía defraudar. En cada una de esas ‘encargaturas’ puse todo
el empeño por hacer las cosas bien. Pero mejor me fue en una de mis grandes
aspiraciones, la Dirección. En la primera vez que lo fui, se construyeron dos
pabellones con seis aulas cada una, aparte de lozas deportivas y un tanque
elevado. Y fue glorioso, más, porque el presupuesto que debía invertirse en el
colegio había sido destinado a otro colegio. Eran tiempos del gobierno de
Alberto Fujimori. Unos meses antes a su
paso al Cono Sur, un grupo de docentes, hicimos un cordón humano para detener
la movilidad del Presidente, cosa que lo obligó a ingresar a nuestro colegio y
lo comprometimos a construir nuestro
colegio que tenía muchos años ya de actividad, desde tiempos del General Velasco Alvarado. Pero fueron pasando los
días, semanas y meses después de su promesa, y nada. Ya nos preocupaba el no
cumplimiento de lo prometido. Y mucho más nos preocupó cuando la escuela N°
20318, escuela cerca de nuestro colegio, se comenzó a construir nuevos
ambientes. Gracias a Dios -lo escribo sin vanidad- la asamblea de docentes me
nombra como su Director, y es ahí, donde pongo todas mis energías para hacer
realidad la promesa incumplida. Lo primero que había que hacer era recolectar todos
los datos con que contáramos a la mano. A parte del memorial, había que tener
otros elementos que lo reforzara. Es ahí que un amigo periodista nos brindó una
grabación con la promesa incumplida. Carlos Pineda. Aparte, muchos periodistas
se aunaron a nuestro objetivo, algunos, exalumnos, al igual que el personal docente
y administrativos del colegio, padres de familia y la comunidad huachana. De
ahí, a Lima. Gestiones van y vienen. Amistades, Palacio de Gobierno, Ministerio
de Educación, INFES. En Palacio de
Gobierno estaba hacer realidad nuestras esperanzas, y así fue. Después de una ardua
lucha se logró que INFES invirtiera del presupuesto primigenio (destinado a otra
institución), sustituirlo, en casi un 80%, y fue de una gran alegría para todos
en el colegio y la comunidad, y para mí, muy gratificante. Y la jornada la
completamos con el cambio de ubicación en los planos de uno sus los pabellones y
que significaba derruir uno de los ambientes antiguos en la cual se dictaban
las clases de laboral, de material ‘noble’, para construir en su
reemplazo, la nueva, labor que se hizo realidad gracias a la unión
de todo el personal del colegio, y todo, a una semana de iniciar las
construcción, que fue el plazo que nos dieron los dueños de la empresa
constructora de los nuevos ambientes, y que hubiera causado muchos problemas a nuestra
institución por ocupar si lo hubiéramos permitido, la mitad de uno de los
patios de formación de nuestros alumnos, el de la entrada, a la derecha.
Aquí mi homenaje a algunas personas que si bien no
fueron visibles pero ayudaron mucho para concretizar un anhelo del personal del
colegio, padres de familia, y sobre todo a nuestros alumnos, los más
‘terribles’, que ayudaron hacer realidad el sueño del colegio moderno.
En la segunda oportunidad que
desempeñé el cargo de Director, fue en tiempo del gobierno de Alejandro Toledo
y logramos con el programa a “Trabajar Urbano” la edificación de una tribuna, arreglo
de nuestro campo deportivo y el de las aulas de un pabellón. Y, algunos otros
logros cuyas peripecias y anécdotas, ojalá que pueda narrarlas en un segundo
escrito.
En sus 50° Aniversario, 24 de
octubre, este fue el aporte de un grupo humano, muchos de ellos anónimos que en
medio de las precariedades supimos poner nuestros granitos de arena para hacer
posible de nuestro colegio uno de los más importantes de nuestra provincia y
región. Un homenaje a esos docentes y personal del colegio de mi generación,
muchos de ellos todavía en actividad. Y a mis alumnos a quiénes recuerdo con
mucho cariño y que también participaron con los docentes y personal con su
vehemencia pero con mucho cariño por hacer de su alma mater, hermosa como una
“espada en el aire”. Hoy, muchos de ellos hombres y mujeres de bien. Y mi
agradecimiento y también un pedazito de lo mejor de mis recuerdos a mis padres
de familia siempre leales a su institución. Gracias a todos.
Huacho, 19 setiembre
del 2015