jueves, 15 de octubre de 2015

INDACOCHEA: …NUESTRO GRANITO DE ARENA

DESDE HUACHO-PERÚ
INDACOCHEA: …NUESTRO GRANITO DE ARENA
            Llegar al colegio Indacochea fue una experiencia maravillosa. Fue la a mitades de los 80’. Fue algo muy especial por la forma como lo hice o la forma difícil cómo me la hicieron. Más o menos en el año 86, la Zona Educativa Nº 06 a la que pertenecía la provincia de Huaura quedaba en la ciudad de Lima y todos los maestros que queríamos gestionar traslados de escuelas o colegios teníamos obligatoriamente que hacer las gestiones ante ella. Justo por estas épocas los maestros habíamos adquirido la ‘fama’ de revoltosos y uno de los centros educativos que era renuente a estos revoltosos era el colegio “Mercedes Indacochea” y cómo yo pertenecía al SUTEP no era bienvenido. Si bien es cierto participaba en el sindicato no era tan revoltoso cómo algunos directivos de esa institución creían. Pero eso, ellas no lo sabían. Y por ignorarlo, ese año no se me abrieron las puertas de ese colegio, para trasladarme. Y eso que llegué con un memorando firmado por el Director de la Zona para que me dieran posesión de cargo mientras se tramitaba mi resolución. Mi ingenuidad me costó caro, un año, para intentar trasladarme a esa institución.  Pero al siguiente año tomé las providencias del caso y por fin fui parte del personal docente de dicha institución. Con resolución en mano.
            Las cosas que me pasaron en el colegio fueron inolvidables. Experiencias que jamás podré olvidar. Me costó un poco adaptarme y pasar de docente de educación primaria al de secundaria y compartir mis quehaceres de sindicalista. En estas dos funciones puse todo el empeño posible pero mis mayores logros lo conseguí como docente que dirigente sindical aunque tuve, en esta última, una participación activa en las grandes luchas del magisterio que alcanzó reivindicaciones que al pasar de un año otro quedaba ‘corto’ lo alcanzado. Como docente me fue mejor.
            Primero, hice grandes amigos, amigos que a estas alturas que escribo estas líneas con mucho pesar los voy perdiendo poco a poco. No escribo sus nombres porque pudiera quedarme corto e incomodar su amistad aquí y en el cielo. Y todos ellos merecen mi respeto y aprecio y el de la Comunidad Mercedina.  Segundo, como docente, me permitió ascender en cargos aunque fueron ‘encargaturas’, lo más lindo, me las dieron mi colegas y personal del colegio.  Y no los podía defraudar.  En cada una de esas ‘encargaturas’ puse todo el empeño por hacer las cosas bien. Pero mejor me fue en una de mis grandes aspiraciones, la Dirección. En la primera vez que lo fui, se construyeron dos pabellones con seis aulas cada una, aparte de lozas deportivas y un tanque elevado. Y fue glorioso, más, porque el presupuesto que debía invertirse en el colegio había sido destinado a otro colegio. Eran tiempos del gobierno de Alberto Fujimori. Unos meses antes  a su paso al Cono Sur, un grupo de docentes, hicimos un cordón humano para detener la movilidad del Presidente, cosa que lo obligó a ingresar a nuestro colegio y lo comprometimos  a construir nuestro colegio que tenía muchos años ya de actividad, desde tiempos del General  Velasco Alvarado. Pero fueron pasando los días, semanas y meses después de su promesa, y nada. Ya nos preocupaba el no cumplimiento de lo prometido. Y mucho más nos preocupó cuando la escuela N° 20318, escuela cerca de nuestro colegio, se comenzó a construir nuevos ambientes. Gracias a Dios -lo escribo sin vanidad- la asamblea de docentes me nombra como su Director, y es ahí, donde pongo todas mis energías para hacer realidad la promesa incumplida. Lo primero que había que hacer era recolectar todos los datos con que contáramos a la mano. A parte del memorial, había que tener otros elementos que lo reforzara. Es ahí que un amigo periodista nos brindó una grabación con la promesa incumplida. Carlos Pineda. Aparte, muchos periodistas se aunaron a nuestro objetivo, algunos, exalumnos, al igual que el personal docente y administrativos del colegio, padres de familia y la comunidad huachana. De ahí, a Lima. Gestiones van y vienen. Amistades, Palacio de Gobierno, Ministerio de Educación, INFES.  En Palacio de Gobierno estaba hacer realidad nuestras esperanzas, y así fue. Después de una ardua lucha se logró que INFES invirtiera del presupuesto primigenio (destinado a otra institución), sustituirlo, en casi un 80%, y fue de una gran alegría para todos en el colegio y la comunidad, y para mí, muy gratificante. Y la jornada la completamos con el cambio de ubicación en los planos de uno sus los pabellones y que significaba derruir uno de los ambientes antiguos en la cual se dictaban las clases de laboral, de material ‘noble’, para construir en su reemplazo,  la nueva,  labor que se hizo realidad gracias a la unión de todo el personal del colegio, y todo, a una semana de iniciar las construcción, que fue el plazo que nos dieron los dueños de la empresa constructora de los nuevos ambientes, y que  hubiera causado muchos problemas a nuestra institución por ocupar si lo hubiéramos permitido, la mitad de uno de los patios de formación de nuestros alumnos, el de la entrada, a la derecha.
            Aquí  mi homenaje a algunas personas que si bien no fueron visibles pero ayudaron mucho para concretizar un anhelo del personal del colegio, padres de familia, y sobre todo a nuestros alumnos, los más ‘terribles’, que ayudaron hacer realidad el sueño del colegio moderno.
            En la segunda oportunidad que desempeñé el cargo de Director, fue en tiempo del gobierno de Alejandro Toledo y logramos con el programa a “Trabajar Urbano” la edificación de una tribuna, arreglo de nuestro campo deportivo y el de las aulas de un pabellón. Y, algunos otros logros cuyas peripecias y anécdotas, ojalá que pueda narrarlas en un segundo escrito.
            En sus 50° Aniversario, 24 de octubre, este fue el aporte de un grupo humano, muchos de ellos anónimos que en medio de las precariedades supimos poner nuestros granitos de arena para hacer posible de nuestro colegio uno de los más importantes de nuestra provincia y región. Un homenaje a esos docentes y personal del colegio de mi generación, muchos de ellos todavía en actividad. Y a mis alumnos a quiénes recuerdo con mucho cariño y que también participaron con los docentes y personal con su vehemencia pero con mucho cariño por hacer de su alma mater, hermosa como una “espada en el aire”. Hoy, muchos de ellos hombres y mujeres de bien. Y mi agradecimiento y también un pedazito de lo mejor de mis recuerdos a mis padres de familia siempre leales a su institución. Gracias a todos.

                                                                                  Huacho, 19 setiembre del 2015