DESDE HUACHO-PERÚ
¿EL PERÚ AVANZA…?
Desde hace mucho tiempo existen algunos ´seres´ muy poco perceptibles al resto del común. Su hábitat, los lugares donde se acumulan desperdicios.
Estos recintos son algo común en muchos lugares del Perú –consuelo para las autoridades- y Huacho no puede ser la excepción. Son visibles en las zonas donde se deposita la basura en cantidad y en nuestra ciudad uno de esos lugares irónicamente se encuentra a un costado de la carretera Panamericana y entrada a la capital de la Hospitalidad. Son cerros de deshechos desperdigados y en ellos, inclusive, estos esmirriados ´personajes´ (hombres o mujeres) que ya se han hecho parte de ese entorno, disponen su morada y conviven con sus familias y para no sentir la soledad y las inclemencias se hacen escoltar de ´compañeros de infortunios´, tan desgarbados, famélicos y de mirada furtiva, como los dueños.
Pero ellos no están solos. Los hay de los que suelen recorrer la ciudad. Al comienzo lo hacían con recelo, en forma misteriosa, como sombras, casi imperceptibles a los ojos de muchos, y siempre con sus iguales de desaliñados camaradas de miseria. Socialmente no son ´bien´ vistos, pero eso, a ellos, a estas alturas de la vida, los tiene sin cuidado y siguen en esa labor, porque primero están los hijos, la familia y hay que sobrevivir.
Con la era de la industrialización, todo se ha vuelto descartable, y para aminorar costos, por ejemplo, las bebidas se envasan en botellas de material plástico y consumido, se votan. También, alguna gente ´regala´ vestidos y artefactos eléctricos usados o los arrojan como deshechos a los botes de basura o los coloca en las esquinas y esta ´merca´ se junta con otros objetos, como libros, cajas, cuadernos, periódicos, alambres, etc. Todo ello suele ser ´comprado´ o canjeado por pollitos o vasijas de plásticos o ´rebuscado´ porque dentro de lo que se recoge, se compra o se cambia, hay material reciclable que significa recursos económicos para estas criaturas.
Otra modalidad de ´recurseo´ es el acopio de las ´sobras´ de comida, para llevarlos a las chancherías o como medio de alimento ´in situ´ para ´orates´ o ´fumones´ o para los dipsómanos, que también ya se han vuelto parte de nuestro paisaje y que menguan su hambre con los ´restos´.
La falta de trabajo ha hecho que muchos, que antes veían con ´malos ojos´ estas actividades de la recolección de vestidos, artefactos eléctricos, comida y ´objetos reciclables´, que así se llama ahora, se atrevan a recorrer la ciudad en las mañanas, al mediodía o en horas de la noche. Uno los espanta, alzan vuelo, se alejan, pero vuelven por la ´presa´, siempre acompañados con sus fieles amigos de infortunio.
Son pintorescos, trabajan de manera informal y sin ninguna clase de protección y la faena de los ´recolectores´ consiste en hacerse de una bolsa grande o de un costal de yute o baldes y rebuscar y rebuscar botes, bolsas y paquetes de desechos por las calles de la ciudad.
Lo perjudicial de esta actividad es que al deficiente acopio de la basura, la falta de vehículos recolectores y de implementos de limpieza o la falta de respeto al horario de recojo, desperdigan mucho más la basura al igual que sus ´socios menores´ de ´laburo´ y la ciudad está cada vez más sucia.
No estamos contra estas ´actividades´, lo que lamentamos, son las condiciones en que lo hacen, sin protección de ninguna clase y los perjuicios que causan, porqué no se los formaliza. Bien organizados y con el asesoramiento de las autoridades correspondientes es una alternativa para el tratamiento que se le deben dar a los deshechos que producimos producto de la industrialización y el consumismo.