miércoles, 3 de diciembre de 2008

REFLEXIONES SOBRE UNA EDUCACIÓN HUMANISTA


REFLEXIONES SOBRE UNA EDUCACIÓN HUMANISTA

Ahora que se acerca el fin del presente año escolar, cómo reflexión, no sólo nos debe preocupar la deficiencia de la enseñanza-aprendizaje en los colegios, sino la clase de seres humanos que estamos formando.
En los treinta últimos años los centros del poder económico (FMI, Banco Mundial, etc.) nos han impuesto determinados marcos conceptuales e institucionales como educación pública, lucro, rol de los colegios privados, derecho a la educación, libertad de enseñanza, entre otros, que se han aplicado pero que no nos ha ayudado en nada a salir de estado de postración económico y de crisis de valores en que nos encontramos como país.

Pero para entender los problemas de fondo de la crisis de la educación tenemos que analizar la finalidad y concepción de la educación y recurrir a la ideología, la filosofía y doctrinas. Es a partir de una concepción del ser humano que surge un ideal de sociedad y es a partir de ese ideal es que la educación encuentra su finalidad y objetivos.

Para analizar entonces la crisis de la educación, una primera interrogante a dilucidar es preguntarnos si “¿la educación es un hecho fundamentalmente económico?”. Para este modelo de economía centrado en el lucro pareciera que sí, porque sus prioridades nacen en función de las necesidades del aparato productivo y económico. Las áreas del conocimiento y la cultura, los planes y programas y las expectativas de nuestras autoridades están concebidas esencialmente como factor de apoyo al ´crecimiento económico´ de un sistema que beneficia a pocos sin interesarse de lo que pasa por el ´mundo interno´ del común de los seres humanos: angustia, temor, ira, resentimiento, depresión, injusticia, miseria, etc.

Es en estas circunstancias que nos damos cuenta que la educación no funciona y encuentra en cambio una disconformidad en los alumnos, docentes y padres de familia a pesar de los esfuerzos que hacen las autoridades para imponerla; por eso se nos hace necesario ´repensar´ en los principios de la educación y dar un vuelco y centrar nuestra ´mirada´ en el ser humano y colocarlo como un ser histórico y social, capaz de transformarse así mismo y también a su medio. Esta Educación tiene que ser una educación humanista cuyo eje central sea el ser humano.

Ahora tendríamos que ver que puntos centrales de esa educación humanista es necesario tomar. En primer lugar se trata de romper con los criterios de ´conciencia pasiva´ donde el educador ´habla´ y el educando ´escucha´ y cambiarla por el criterio de ´conciencia activa´.

También, tener en consideración la indivisibilidad del ´mundo interno´ y ´externo´ del educando y donde lo ´interno´ pasa a tener prioridad. Debemos romper con ese falso criterio de dar prioridad al relato de los acontecimientos históricos, el lenguaje correctamente hablado, los fenómenos ´externos´ de las ciencias, considerados como ´la educación de la externalidad´ olvidándonos por completo del ´mundo interno´ del ser humano y de esta manera dejamos la ´mitad del ser humano´ afuera o abandonado.

Cuando hablamos del ser humano como ´conciencia activa´ concebimos el aprendizaje como una construcción que acontece en el ´mundo interno´ del individuo y que desde ahí se plasma hacia el mundo y en consecuencia ese ´mundo externo´ será de un modo u otro según sea construido internamente. Si en el ´interior´ hay temor o resentimiento eso se traducirá en una acción de resentimiento, si hay alegría o fe, eso mismo se trasmitirá en el ´mundo exterior´.

Con el aprendizaje de algo nuevo ocurre algo parecido, la propia experiencia, lo que hay en la memoria, las creencias, los arraigos culturales, etc., son elementos que van formando parte del ´mundo interno´ y por tanto influyen decisivamente en el modo en que voy captando el ´mundo externo´ y eso incluye obviamente también a ´lo que se me enseña´. En tal sentido es ingenua la pretensión de que el aprendizaje sería un acto de mera ´recepción de la información´ que se entrega desde el ´mundo externo´; el aprendizaje como toda captación que hace la persona, es un acto complejo, muy activo e intencional, donde interactúan múltiples elementos y en donde el tamiz del ´mundo interno´ es decisivo en la construcción que finalmente conceptualizamos como ´aprendizaje´.

Y como corolario de la educación humanista que prioriza el ´mundo interno´, esta debe llevarnos a formar seres humanos con valores donde debe reinar la coherencia entre lo que se piensa, siente y cómo se actúa. Solo así, entonces, con una educación humanista, estaremos formando el nuevo ser que transformará el ´mundo externo´: humanizará la tierra.

No hay comentarios: